El autoestudio llevó a Edwin Moreira a ser un referente del diseño tipográfico nicaragüense



Moreira ha contribuido al desarrollo tipográfico en Centroamérica, co-fundando la membresía de Nicaragua en Tipos Latinos, entre otros aportes y reconocimientos.


El diseñador gráfico Edwin Moreira Balladares confiesa que su primer “crush” con la tipografía se dio de una forma casual, pues “trabajé por casi 8 años como diseñador en prensa escrita y en el mundo editorial es casi predecible desarrollar sensibilidad y amor hacia la forma de la letra y su función”.

Sin oportunidades locales para el aprendizaje formal del diseño tipográfico en su país, hizo lo que tenía a su alcance: el autoestudio. “Llené de marcadores mi navegador y en 2012 pedí de regalo el libro Cómo crear tipografías. Del boceto a la pantalla —de Laura Meseguer, Cristóbal Henestrosa y José Scaglione—. No fue sino hasta mediados de 2015 que me atreví a dibujar los primeros signos de lo que creía sería mi primera fuente tipográfica”, cuenta el nicaragüense, quien terminó estudiando en el diplomado “Diseño y producción tipográfica”, organizado en México por Tipografilia Estudios. Egresó en la tercera cohorte.


Presente en la región


Edwin Moreira ha alcanzado resonantes logros en breve tiempo: “Mi primera tipo diseñada y comercializada fue Seferis, en 2021, con la inestimable ayuda de Ale Paul para ampliar la familia e incluirla en el catálogo de Sudtipos. Resultó ganadora de la medalla de bronce en los LADAWARDS y destacada como una de las mejores tipografías diseñadas en 2021, elegida por diseñadores de tipos, según la plataforma Eye on Design”.

Aprovechando el diplomado Diseño y producción tipográfica desarrolló la familia Gazzetta, que también obtuvo medalla de bronce en los LADAWARDS y se distribuye bajo el sello de la fundidora uruguaya TipoType. También está disponible en Adobe Fonts.

Mención especial merece la familia Bosawas que actualmente forma parte de la identidad gráfica de la Bienal de diseño y cartel Bolivia, BICeBé 2025, la cual estará pronto disponible comercialmente, anuncia Moreira.

“Siento que podría ser muy prematuro expresar favoritismo por alguno de mis trabajos tipográficos. Mi ejercicio profesional al día de hoy sigue siendo en mayor medida como diseñador gráfico, sin embargo me enorgullece poder seguir en paralelo mi pasión por diseñar letras. Hay proyectos todavía en curso que avanzan tal vez no con la velocidad que quisiera pero sí con el cariño que merecen”.

La tipografía en Nicaragua


El diseño de tipografía es incipiente en Nicaragua. Al respecto, calibra el creativo: “mi respuesta podría llegar hasta allí si no fuera importante agregar que en general la región centroamericana comparte esta misma característica respecto del diseño tipográfico. Sin embargo en 2014 junto a un grupo de colegas integramos a Nicaragua como país miembro de Tipos Latinos y organizamos el primer encuentro exclusivamente orientado a honrar el trabajo tipográfico latinoamericano en el país y luego repetimos con la Bienal de 2016, ambas ediciones con invitados internacionales de la talla de Diego Vainesman y Jesús Barrientos Mora”.

A pesar que la tipografía sigue siendo una rama emergente del diseño en su país, considera innegable el aporte que han tenido los eventos y las motivaciones personales de algunos colegas, entre los que recomienda a Laura García, con su trabajo como egresada del Type West 2019.

También menciona a Dainin Solís: “Luego de un taller que impartí en 2021 para colegas diseñadores locales, decidió seguir adelante con su proyecto tipográfico Azul —basado en ornamentos de la indumentaria diplomática del poeta nicaragüense Rubén Darío—, que ha recibido varios reconocimientos y menciones”.

A nivel de Centroamérica, Moreira destaca la labor del Colectivo salvadoreño Cabinete, “a quienes admiro por su pasión, el talento con el que desarrollan sus proyectos tipográficos, talleres de caligrafía y documentación histórica en torno a la tipografía en El Salvador”.



¿Cómo ve la tipografía latinoamericana?


“Hace más de 10 años cuando empecé a interesarme por aprender este oficio recuerdo que la mirada estaba en Europa, algo que para mí, viniendo de un pequeño país y con oportunidades limitadas, era poco realista. En 2013 viajé a La Paz, Bolivia, a la Bienal del Cartel y entre los invitados estaba Pablo Cosgaya, docente insigne de la tipografía en Argentina. Aunque seguía su cátedra en la Universidad de Buenos Aires desde las redes sociales, en su charla supe del gremio tipográfico Tipos Latinos, de la Carrera de especialización en tipografía —que con los años se convirtió en maestría— y de un movimiento tipográfico regional que yo todavía no dimensionaba”.

Hoy en día Edwin Moreira reconoce seguir de cerca iniciativas como Letrástica, Tipografilia Estudios —ambas en México—, la Maestría en Tipografía de la UBA, publicaciones como Elementype de las talentosas Tipastype, Hacer y Componer: Una introducción a la tipografía, de Pancho Gálvez, por mencionar algunas.

Caligrafía y lettering, otras maneras de entender la letra


“Es bien sabido que entender la caligrafía puede ser un catalizador importante para también entender el diseño de tipos y el lettering, pero hoy en día algo que me parece muy honorable y necesario es que se está apelando a otorgar el lugar que siempre ha merecido el trabajo del rotulista, ese oficio que desde hace décadas ha sido marginado. Y expresiones de ese arte tenemos ejemplos muy lindos en México, el fileteado porteño en Argentina, los rótulos de promociones de supermercados en Brasil, los carteles chicha en Perú, el legado de Mr. Masking en Costa Rica”.

De lectura


Edwin Moreira señala la importancia que el diseño tipográfico sea coherente con la función que desempeña, eso quiere decir que no importa si tiene o no tiene serifas —aunque el contexto y la tradición cultural luego ayuden a decidir entre unas y otras—. Entre sus consideraciones:

“Generosa altura de x, contraformas más abiertas, suficiente claridad como para diferenciar signos como I (i mayúscula) ,l (ele minúscula),1 (uno). Contraste moderado entre sus trazos, aparte de un grosor también amigable con su función para cuerpo de texto en impresos o pantalla. Un buen repertorio de recursos editoriales, eso incluye: versalitas, cifras de estilo antiguo, cifras tabulares, fracciones, superíndices y subíndices; buena cobertura de idiomas, es decir, signos con diacríticos que cubran las necesidades del contenido. Un carácter más o menos neutral, sin mucho firulete. Tener su respectivo set de itálicas, no letras inclinadas, sino signos diseñados con impronta caligráfica. Y por último pero absolutamente para nada menos importante: un fino y minucioso trabajo de espaciado y un buen hinting para las tipos destinadas a pantallas”.

¿La IA está afectando el diseño tipográfico?


“Recuerdo hace un tiempo ver experimentos tipográficos publicados en Instagram utilizando IA para generar letras con un carácter muy ilustrativo, por llamarlo de algún modo. Estoy completamente seguro que más temprano que tarde será mucho más común integrar el uso de la IA para trabajos de lettering, aunque partan de un diseño previo generado por el talento humano. Sin embargo para el diseño tipográfico habría que ver cómo proponen controlar aspectos paramétricos que se desenvuelven con éxito en el desarrollo de una familia con varios ejes, por ejemplo. Cuidado y pronto nos sorprenden.

Por el momento, me quedo con el trabajo de Vanessa Zúniga, increíble diseñadora ecuatoriana que desarrolla sus propias herramientas para generar tipografía experimental. O el trabajo de Manolo Guerrero, de México, que también experimenta con diseño generativo orientado a la tipografía”.

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