Fotografia: In Memoriam “De como conocí a Fran y otras historias”

 

«Se fue, ya no está o más bien ahora está más que antes», comenta el autor, comunicador social que ha destacado como fotógrafo para la danza y el ballet.

Por José Reinaldo Guédez.

Mi interés por Fran fue a finales de los 80´s. Yo, una melena rebelde de 19 años que llegaba a Caracas diciendo “nadien”, con muy poco mundo y salidito del colegio a estudiar comunicación social en la UCAB, sin mucha idea sobre qué quería hacer en la vida, pero claro en que la imagen era mi llamada interna. Siempre he sido un poco lento, no porque me cueste entender, sino que en mi pretensión de querer todo perfecto, pienso y pienso antes de hacer algo.

Para mí la fotografía no era más que esa cosa vernáculamente divertida que servía para para captar momentos de fiesta, o profunda, cuando de paisaje se trataba. Ya sabía de Mapplethorpe por un artículo de prensa que leí a escondidas en casa; pero a mis 19 años decía “bueno, eso es afuera, aquí la fotografía es otra cosa”.

Un día por casualidad, por ir a ver qué había, entré al Museo de Arte Contemporáneo; que tenía la exposición 5X5 (MACCSI, 1989). Mi visión sobre las posibilidades de la fotografía como discurso cambió, del alcance del cuerpo en ella y sobre todo del cuerpo masculino; era una reunión de trabajos potentes de grandes artistas internacionales y de grandes venezolanos y allí estaba Fran.

Luego la criticada “los 80´s. Panorama de las artes visuales en Venezuela”, en la Galería de Arte Nacional (GAN, 1990), y allí estaba Fran. 

En la universidad, como parte de la cátedra de fotografía, yo, como muchos, quería hacer moda y ¿cuál era la referencia?  Fran, o por lo menos la que a mí me interesaba. En un mundo de imágenes que ligaban la moda al concepto de mujeres voluptuosas, las imágenes de Fran hablaban de elegancia sin esfuerzo, de naturalidad aletargada, de buen gusto y deseo. Me convertí en caníbal de cuanta imagen veía que supiera era de Fran. La revista Estilo era material de cabecera. 

También en la universidad, ya a poco de terminar, nos presentaron el documental Zoológico (1992) de Fernando Venturini y allí estaba Fran, junto a otros grandes hacedores de estética.

YO: BiblioBeaufrand, de la serie «Biblioigualado», 2015

 

 

 

Eran mediados de los 90 ya graduado y trabajando, cuando la movida nocturna de Caracas era la cosa más creativa  e “in” que pudiera ver, cuando en una fiesta “rave” escenificada en una disco venida a menos de Las Mercedes y al ritmo de las mezclas de Lupedelux , vi a Fran bailando y fue como la escena de ballroom de West Side Story… Todo se detuvo, y sin pensar mucho le dije , “amo tu trabajo, para mi eres como Supermán”. Simplemente sonrió como solía hacerlo, me dio las gracias y seguimos bailando, conversando y diciéndole que esperaba como loco su próximo curso de fotografía de moda.

En 1998 tuve la oportunidad de hacerlo y aunque suene a lugar común -que estoy claro que lo es-; mi vida cambió. Se abrió ante mí el panorama de lo que siempre serán mis referencias fotográficas. Los encuentros 3 veces a la semana eran la cosa más prodigiosa que pudiese haber, Ir a Imagomundi de Federica Rodner, compartir con otros fotógrafos en ciernes era lo máximo: Beto Gutierres, Alfonzo Zapata, Roberto Rodriguez, etc., modelos como Ernesto Calzadilla, Sasha Popovich, Anita, Yócelin entre otros, convertían las sesiones en una verdadera cátedra de moda en todos los sentidos. 

Fran Beaufrand arreglando flores en un set. Fotograf[ia. José Reinaldo Guédez.
Recuerdo que nos fuimos de viaje para hacer una sesión de fotos en un circo. Yo emocionado y nervioso iba en su carro (imagínense, iba con mi ídolo), abrí una agua saborizada que al estar batida y contener gas, inundó todo el vehículo de un pegoste olor a fresita, manejaba el tocayo Reynaldo Morales y Fran fue de lo más comprensivo, cualquier otro me dejaba en La Encrucijada.

Durante todo el proceso del taller yo viví abrumado,: mi cámara una minolta 35mm, mostraba problemas con el único lente que tenía y era muy difícil enfocar, Fran por otro lado alababa mis desenfoques diciendo que eran especiales. Recuerdo que escogió las fotos más diversas de mi portafolio  e hizo que las expusiera de la manera menos convencional, “tú trabajo es así”, decía.

En Venezuela no era frecuente hablar de libros de fotografía (aunque existían magníficas obras). Vi un aviso que decía que ahora los libros de arte fotográfico se hacían aquí (era algo así) y allí estaba el libro de Fran, el cual no podía siquiera pensar en comprar, pues se escapaba de mis posibilidades. Pasados los años lo compré y forma parte de mis tesoros.

En 2007 las imágenes de Fran ilustraron la portada del disco “Ticket to Youkali” lanzamiento del trío E-óN, de Bartolomé Díaz, Oscar Fanega y mi querido Julio Timaure (1970-2007), yo por mi parte realizaba los visuales para el concierto. Ese día también estuvo Fran, al final del evento se sonrió conmigo y me dijo “sabía que alguien como tú tenía que estar detrás de esas imágenes”.

En 2016 coincidimos en una sesión de fotos, yo del equipo de producción, él asesorando al fotógrafo y haciendo dirección de arte, creando un gran sombrero de flores sobre mi cabeza como si fuera un maniquí, yo estaba super feliz, trabajaba con Fran, era como sacarse la lotería.

No puedo decir que Fran Beaufrand, era mi amigo, ese es un privilegio que le envidio a otros; pero fue y será siempre mi héroe.  Él siempre estuvo pendiente de mi trabajo, al igual que hacía con todos aquellos que habíamos compartido en sus clases. Hay quienes ven mi obra y dicen que su influencia es notoria, la verdad siempre me sorprende que eso se evidencie, sobre todo en algunas “consideradas guarradas” que hago.

Ante una de mis publicaciones un amigo me escribió: “el final de una etapa”, podríamos decir que con Fran se va el Glamour y la elegancia de los clásicos; la verdad los nuevos discursos de la moda no termino de comprenderlos. Cuestión de gusto.

El rey siempre será Fran, el rey no ha muerto, viva el rey. Gracias Superman.

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