He conocido en estos años recientes la acción de algunas escuelas de diseño (voy a hablar sólo de los dos casos que conozco en Caracas, si hay alguna iniciativa desarrollándose en otra ciudad, me gustará conocerla), para involucrarse con su comunidad circundante y/o elaborar proyectos e investigación para el entorno humano. Tal ha sido el caso de Prodiseño y el Cdd.
El Centro de
Diseño Digital ha realizado proyectos para Organizaciones No Gubernamentales y
para entidades de gobierno local como la Alcaldía Metropolitana, la Alcaldía de
Sucre y la de Chacao.
Para la Alcaldía
Metropolitana se involucró en el desarrollo de la imagen del Proyecto 20x20,
cuyo fin era mostrar lo que debería ser Caracas en el año 2020. Relata el
director académico del CDD, Carlos Máquez, que “era un
proyecto a largo plazo que tenía una serie de consideraciones en cuanto a cómo
humanizar la ciudad, mejorar el transporte, etc. Era un proyecto para mejorar
la calidad de vida en la ciudad. Con esa información se hizo una propuesta
gráfica sobre cómo debería presentarse. Se hicieron afiches, la marca, todas
las piezas que se generaron que tienen que ver con los diferentes aspectos que
se contemplaban para mejorar la calidad de vida en Caracas”. Ese proyecto lo
hicieron los tesistas de Comunicación Visual en el 2010.
Más adelante se abordó un proyecto de señalización e
identidad para la vialidad urbana del Municipio Sucre. Desafortunadamente en
ambos casos, por falta de recursos, las propuestas quedaron archivadas.
Vinculo la
información con una noticia fresca: esta semana los alcaldes de los municipios
Chacao y Sucre presentaron a la Asamblea Nacional el proyecto “Recuperemos
Caracas”, en el que buscan que se les atribuyan las responsabilidades de
servicios y seguridad.
La
petición es justa y necesaria para nuestra maltrecha ciudad, pero sería
interesante que en algún momento (que sea pronto, por favor) se aplique también el
diseño urbano, industrial y gráfico para organizar y convertir nuestros
espacios públicos en lugares amables.
Otra experiencia interesante es la que está llevando a cabo Prodiseño, al formularse nuevas preguntas sobre cómo debe ser la formación del diseñador gráfico. Indica su director, Jaime Cruz, que entre profesores y estudiantes se interrogan “¿dónde está el diseño? y ¿para qué sirve?”.
Otra experiencia interesante es la que está llevando a cabo Prodiseño, al formularse nuevas preguntas sobre cómo debe ser la formación del diseñador gráfico. Indica su director, Jaime Cruz, que entre profesores y estudiantes se interrogan “¿dónde está el diseño? y ¿para qué sirve?”.
Con esa inquietud
bullendo, los docentes de Prodiseño animan a sus alumnos a hacer diseño para la
gente, es decir, “donde la forma, la función, las preguntas estéticas y
estilísticas estén contextualizadas y centradas no en el usuario, sino en las
personas”. Jaime Cruz es enfático al respecto: “Tenemos que hablar de la gente,
del diseño centrado en los humanos. Ese es el salto que debemos dar hacia el
futuro”.
Para Gabriela
Fontanillas, quien forma parte del equipo directivo de Prodiseño, este novedoso
giro es importante en el actual contexto-país y en el que viene, “porque no
salen los diseñadores obligatoriamente a hacer trabajo social, pero son
diseñadores que son más responsables en su campo profesional donde sea que
estén. No solamente es un individuo sensible ante la forma tipográfica, el
color, la composición, sino es un individuo preocupado y ocupado sobre la
realidad del país. Esto para mí es una fortaleza enorme”.
El cambio de
paradigma también lo han llevado a la universidad, al abrir en conjunto con la
UCAB el Diplomado de Diseño e Innovación Social que acaba de iniciar su 5ta
edición. Lo interesante de esta propuesta es que admite a todo aquel
profesional interesado en el tema, de hecho, su visión es multidisciplinaria,
integrando hasta los momentos a psicólogos, profesores de filosofía,
arquitectos, ingenieros, comunicadores sociales, sociólogos y por supuesto,
diseñadores gráficos e industriales.
El mundo está cambiando aceleradamente y el país impone uno retos gigantescos. La formación del diseñador debe acoplarse a dicha dinámica para subir a tiempo al tren y no quedar rezagado en el andén. La metodología del diseño también es útil para la gestión. Con esa idea nació el "design thinking", pero ese es un tema para escribir luego.
El mundo está cambiando aceleradamente y el país impone uno retos gigantescos. La formación del diseñador debe acoplarse a dicha dinámica para subir a tiempo al tren y no quedar rezagado en el andén. La metodología del diseño también es útil para la gestión. Con esa idea nació el "design thinking", pero ese es un tema para escribir luego.